lunes, 22 de marzo de 2010

Endesatino

Más de 1,2 millones de euros no son moco de pavo. A uno que ha vivido el caso desde la primera línea de fuego como periodista, la actitud del Ayuntamiento de Huelva con respecto al caso Endesa le resulta más que curiosa y el mazazo final de la justicia un final más que esperado, de película de sobremesa. Puedo llegar a entender que, basado en los acuerdos por la recuperación de la Avenida Francisco Montenegro, el Ayuntamiento negara la licencia de actividad a la eléctrica, al fin y al cabo, diga lo que diga un juez, está claro que lo que se ha construido allí es una segunda central ni mucho menos una modernización de la primera que finalmente ha sido derruida. Dos cosas hay que tener en cuenta no obstante en este aspecto, en primer lugar, que los terrenos sobre los que Endesa ha construido son de su propiedad, mientras que en el resto de la avenida Francisco Montenegro las fábricas ocupan en alquiler una concesión de la Autoridad Portuaria, lo de Endesa es suyo, y por mucho acuerdo que haya es muy difícil judicialmente evitar que uno construya lo que le de la gana dentro de su propiedad. El otro aspecto es que, digan lo que digan los grupos ecologistas, una central de ciclo combinado es mucho más ‘verde’ que la anterior ‘aberración’ de fuel que contaminaba por activa y por pasiva. Lo peor de esta situación ha sido que el Ayuntamiento ha vuelto a utilizar a la industria de una forma populista llevando a los tribunales una cruzada absolutamente imposible de ganar, sólo para obtener el respaldo popular de algunos y lo ha llevado una y otra vez recurriendo todo lo recurrible, hasta las últimas consecuencias, dando la imagen de que luchaba por la ciudad, cuando en realidad solo dilapidaba inútilmente el dinero en abogados y hacía esperar y esperar la decisión final que estaba más que clara. Pero ese retraso tiene una consecuencia, y como siempre, no serán ni Francisco Moro ni Pedro Rodríguez los que paguen, seremos nosotros, los ciudadanitos de a pie, los de siempre, los que paguemos el desatino municipal.

Pero más duele quizá escuchar al alcalde tomarnos por tontos. Decía nuestro insigne regidor que los ciudadanos no pagarán los daños y perjuicios que ha dictaminado el juez porque se llegará a un acuerdo con la eléctrica por los conceptos de la licencia de actividad. Es decir, en efecto, el Ayuntamiento puede que no termine por pagar la cantidad estipulada, pero dejaremos de ingresar esos 1,3 millones por otro lado, es decir que las arcas públicas recibirán menos dinero y eso, señor alcalde, significa que los ciudadanos sí van a pagar los platos rotos. Destrozados por usted. Con 1,3 millones de euros se puede hacer más de un arreglo en esos barrios olvidados de la periferia a los que nunca llega el dinero del PlanE tal vez porque no interesa electoralmente, pero da igual, conviene más hacer demagogia y mentir diciendo que eso no se va a pagar.

Por desgracia, las empresas privadas, no entienden de contemplaciones fuera de lo establecido en sus planes de responsabilidad social con presupuestos ya prefijados y el perdón no entra ahí. Es más que normal, al presidente de una empresa multinacional no tiene porque importarle lo que ocurra en Huelva, a donde quizás jamás haya ido, y por ello, el Ayuntamiento ha cometido un auténtico desatino al perpetuar su error, empecinándose en ir a los tribunales, cuando nada quedaba por hacer, cuando todo el pescado estaba vendido.

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